domingo, 3 de noviembre de 2013

POBLES DE LA MAR



QUAN EL CANYAMELAR ESTAVA DE MODA



Si hui hi ha certs noms que, només sentir-los, ens suggereixen bells paisatges, platges daurades o selectes llocs de diversió, això mateix passava - no hi ha res nou baix el sol - fa més d'un segle i mig, sent un d'estos llocs, el nostre estimat barri. Sí, el Canyamelar.

Si ja a finals del segle XVIII, la societat elegant de València, venia a la nostra platja durant la temporada de banys, la costum es va popularitzar sobretot a partir de l'arribada del ferrocarril a la Vilanova del Grau en març de 1852.

Tal fet va estimular ràpidament l'instint comercial de certs prohomens tant de València com locals, generant-se un mar de projectes a qual més ambiciós per a disfrutar tant dels plaers de l'estiu vora mar com per a obtindre grans beneficis basats en espectaculars plans urbanístics, plans que - com la majoria dels que tenen el Canyamelar com a objecte - varen quedar en això, mers plans, en alguns casos, bells somnis.

Com a mostra de lo “que pudo haber sido y no fue” citarem textualment lo que apareix en la Gaceta de Madrid del 27 desembre 1856: “Desde muy cerca del rihuet [carrer Francesc Cubells] partirá hasta la acequia de Gas [carrer del Mediterrani]  una gran calle [es tracta del carrer de la Reina], con una extensa calzada en el centro y un lindo paseo a cada frente de una manzana; las alquerías tendrán, por lo menos un 50 por ciento más de terreno del que ocupan las que hoy existen en el Cabañal o Cañamelar.

El sistema de construcción será tan sencillo como elegante. Será una mezcla del sistema de las casas de campo de Inglaterra con el de las casas de Sevilla. Un pequeño jardín dará entrada a las alquerías por las dos puertas, de delante y de detrás. En los otros dos costados se colocará la cuadra y la cochera y la cocina y habitaciones de los criados pegadas al cuerpo del edificio pero independientes de él; los que prefieran tener almacenes en esta parte del edificio podrán servirse para ello de estos dos departamentos. Una pequeña escalinata dará entrada a la habitación principal, cuyo salón será embellecido por un arco o mediopunto en el centro, y otro arco en cada uno de los costados con tres órdenes de columnas istriadas (sic) o sencillas que partan en fila y perfecta euritmia desde el un extremo de la habitación al otro. A los dos lados de este gran pórtico, que será la verdadera habitación, habrá  de seis a ocho cuartos, para dormitorios, despacho, tocador y un pequeño desván para colocación de efectos y aún de algún criado, y una elegante terraza, rodeada de una galería, coronará estas alquerías, que unirán la comodidad a su elegancia, y cuyos gastos de construcción se calcula no pasarán de 1.500 a 2.000 duros.

Parece que a fines del próximo mes se dará principio a la plantación de árboles en la gran calle para que todos puedan observar la alineación; en el centro de la calle habrá una gran plaza y glorieta, donde se destacará una elegante y suntuosa fonda, capaz de contener con comodidad y holgura a ochenta o cien personas. En la fonda habrá distintos departamentos por los precios de 14, 20, 24 y 30 reales por persona, por todo gasto. Habrá en la fonda salón de conversación, salón de lectura, café y salón de baile, éste con independencia y para alquilarlo al que lo solicite, con el objeto de que se haga la vida agradable y alegre que debe hacerse en la temporada de los baños”.

                Com podem vore, una autèntica urbanització orientada al plaer i al luxe, situada en carrer més elegant del Poble Nou de la Mar: el actual de la Reina.

Este elitista projecte urbanístic no es va arribar a materialitzar tal com estava planejat però, cal preguntar-se, és una pàl · lida rèplica d'aquelles fastuoses alqueries la popularment coneguda hui com “la casa de la reina", mansió reconstruïda i dedicada a Biblioteca Pública municipal, situada en el carrer de la Reina n º 85?, com seria l'alqueria, no molt allunyada d’esta - en ple Canyamelar - en la qual va naixer el pintor Josep Benlliure, on els seus iaios eren  estatgers i que pertanyia als Bertrán de Lis, opulenta família de polítics i banquers valencians? Potser mai ho sapiam, però somiar no costa diners.

El frustrat projecte demostra que el Canyamelar ha sigut sempre, per la seua proximitat al Grau i per la seua pròpia idiosincràsia, un lloc tingut en compte per a grans projectes. També hui.

Ací tenim la seu de la Conselleria de Medi Ambient, ací teníem en altre temps la fàbrica de cervesa "El Aguila", ací tenim en els seus renovats locals un multifuncional Pavelló Esportiu que havia de portar el nom del barri que l'acull: "CANYAMELAR"; ací tenim l'únic teatre que hi ha en el  Marítim: “El Musical", una joia arquitectònica, ací tenim a una més que centenària i llorejada societat musical: L'Ateneu Musical del Port, ací tenim un rosari d’antics (alguns centenaris) restaurants en la platja, al costat d'esta rèplica a lo gran de la fonda que es volia construir en eixa "gran plaza y glorieta", que és l'Hotel Las Arenas; ací tenim la taberna - en ple funcionament - més antiga de València (1836): "Casa Montaña" i ací tenim este temple fundat per l'arquebisbe Mayoral en 1774 dedicat a la Mare de Déu del Rosari, patrona del Canyamelar.

Hi ha qui dóne més?

Però això que tenim no ha d'ocultar les greus i grans carències en el terreny social i econòmic que el Canyamelar patix i que, entre tots, hem de fer tot lo possible per pal · liar i, finalment, solucionar.

                                                                                                                                             Josep Aledón i Esbrí





 

POLITICA

ZONA CRÍTICA
el diario.es




Los diputados abandonan corriendo el Congreso
Los diputados no esperaron a que Posada diera el resultado de la votación.

La imagen tenía una vis cómica indudable. O también dramática.

Los diputados que abandonaron a la carrera sus escaños en el final de la sesión del jueves parecían haber sido alertados de la existencia de una bomba en el edificio. Lo único que faltaron fueron las sirenas o un diputado cayendo por las escaleras agarrado a su billete de avión o tren.

Querían salir de allí como fuera después de haber estado encerrados todo el día.

En el colmo del absurdo, el presidente, Jesús Posada, leyó unos resultados de la última votación que no coincidían con los que aparecían en el marcador electrónico. (*)

Y sin embargo, las pullas e insultos recibidos por los diputados no fueron más que otra andanada de la antipolítica y del resentimiento de los ciudadanos por los privilegios, tanto los reales como los de ficción, de los que gozan los diputados.

En el país de las apariencias, no se tolera que alguien haga lo que querrían hacer los demás si tuvieran la oportunidad. De hecho, ni siquiera se tolera que hagan lo que muchos hacen, pero eso es otra historia.

La escena dice mucho de los problemas de productividad en muchos centros de trabajo. Las jornadas largas y extenuantes en las que lo que importa es figurar, no la actividad que realices. No salir del trabajo hasta que el jefe lo haga. Las dos horas para comer porque el jefe a fin de cuentas no vuelve hasta las cinco. Los problemas de conciliación que suponen estos horarios, y, sí, también para los odiados diputados. Estar al pie del cañón es una frase que se usa con frecuencia. ¿Haciendo qué? Eso es menos importante.

Es difícil sentir compasión por los políticos cuando son ellos los que han aprobado las normas que convierten el Congreso en una cámara funeraria, esclerotizada por mayorías absolutas, un control muy superficial de la acción de gobierno, diputados que leen sus discursos como si fuera la lista de la compra o que son incapaces de ajustar su intervención al tiempo asignado porque han escrito de más (y lo tienen que leer todo), y un presidente del Gobierno que aprovecha el tiempo ilimitado con que cuenta para propinar al hemiciclo ladrillos infumables, como el de esta semana en el debate sobre la última cumbre de la UE.

Lo que debería importar es lo que hagan los diputados mientras estén en el Congreso, no la "dignidad del cargo", expresión patéticamente antigua muy empleada tras ver estas imágenes. La tragedia para ellos es que los medios de comunicación no pueden resistir la tentación de ofrecer esas imágenes, pero no todos, sobre todo las televisiones, informarán de lo discutido y aprobado en la larga jornada parlamentaria.

Importa también que los diputados de fuera de Madrid puedan tener tiempo para coger un avión o tren y poder así regresar a sus ciudades y ver a sus familias. "Estoy en el Congreso desde las 9, he intervenido en debate 3 leyes, perdía el avión y tengo derecho a dormir con mi familia", dijo  Joan Coscubiela.

Ese también es el problema porque mucha gente, atemorizada por perder su puesto de trabajo, hace tiempo que tuvo que tirar por la borda sus preocupaciones familiares y quedar atado a la mesa como en una galera en un ambiente de intimidación que se conoce muy bien en muchas empresas.

Si hasta despiden a embarazadas, qué no pasará con los que necesitan salir antes de tiempo para atender a sus hijos o a un familiar enfermo. ¿Importa mucho que esa persona haya hecho el trabajo que tenía encomendado? Importa, desde luego, pero no cuando lo que se valora es la apariencia o la "dignidad en el cargo".

Sólo quedaban 30 segundos para que se conociera el previsible resultado de la votación y se levantara la sesión cuando se inició la desbandada.

La reputación de un sistema político no se puede medir por esos 30 segundos, sino por lo que ocurrió en las diez horas anteriores. Es ahí donde está el problema.

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(*) Me recuerdan que no hay tal error en el caso de Posada. A los resultados que se vieron en el marcador, hay que sumar los seis votos realizados de forma telemática por diputados que no estaban en el hemiciclo.